Después de siete semanas de confinamiento, cualquiera diría que los años 70 y 80 vuelven a estar de moda entre los políticos.
Melenas más largas de lo habitual, flequillos desatados, algún tupé más alto de lo que solía y peinados con volumen son el resultado de una larga cuarentena sin poder visitar al peluquero, a juzgar por las imágenes que se han visto en las últimas sesiones del Congreso.
Algo pasajero. Ahora que el servicio de peluquería vuelve a estar permitido muchos irán a cortarse el pelo a partir de mañana. A los políticos les cuesta hacer cambios de imagen, pero algunos pueden sentirse cómodos con su nuevo aspecto y aprovechar que quedan semanas de teletrabajo para probar con un estilo un poco diferente.
“Si eres Brad Pitt, te queda bien cualquier corte de pelo, desde largo a rapado, pero si no, lo habitual es que el pelo mejore siempre las facciones. No es necesario pelarse, ni llevar un corte de colegio de curas, como llevan algunos. El pelo de los políticos tendría que tener otro movimiento. Van todos como de barbería antigua, es la sensación que me da. Tanto Pedro Sánchez como Pablo Casado. Muchos políticos tienen un discurso antiguo con el pelo, tienen que refrescarlo, atreverse a actualizarse.
Digan lo que digan los expertos en imagen, a los políticos les cuesta hacer cambios externos. No quieren incomodar a sus electores. Y si son de partidos mayoritarios, aún es más complicado. Para gobernar se necesitan muchos votos, un público diverso, y si un político quiere ampliar su poder tiene que optar por una imagen más convencional.
“El pelo mejora las facciones, no hay que llevarlo tan corto como algunos políticos”
Salvo algunas excepciones, como Pablo Iglesias, que lleva desde hace años una coleta, las melenas están desaparecidas entre los hombres que se dedican a la política. En cambio, ellas llevan en su mayoría el pelo suelto, en melenas de distintos largos. “El recogido da un estilo clásico. Para el día a día les hace más creíbles que el pelo sea natural. Pero, con independencia de la medida, lo importante es que el cabello esté bien cuidado. Durante el confinamiento, a muchos les ha crecido el pelo de forma un poco asilvestrada, pero otros lo han mantenido a raya. Pasándose la misma máquina con la que se arreglan la barba. Otros han revisado exhaustivamente el decreto del estado de alarma hasta encontrar la posibilidad de que el peluquero de confianza les eche una mano. “A algunos les han cortado el pelo, se nota”.
"Hemos renunciado a algo que no ha renunciado el presidente del Gobierno", decía el diputado del PP Antonio González Terol.
Montero calificó de "Una broma de mal gusto que usted hable del corte de pelo del presidente".
La cuestión del corte de pelo de distintos dirigentes políticos es un asunto que ocupa, la mayoría en tono jocoso, numerosos comentarios en las redes sociales. Desde que se decretó el estado de alarma, las peluquerías permanecen cerradas, y es algo que afecta también a nuestra clase política.
Así, mientras Íñigo Errejón, ironizaba diciendo que era "dramático" porque necesitaba ya un corte de pelo.
Cómo podréis ver las Peluquerías hemos estado en el punto del candelero durante todo el confinamiento, "Para que luego digan que no somos de primera necesidad".
